Radical libre es el nombre común de una gran familia de moléculas conocidas como especies reactivas de oxígeno (ROS). Estas moléculas son altamente reactivas, lo que significa que tienen la tendencia a interactuar con otras moléculas a su alrededor, como los componentes celulares, las enzimas, las proteínas, los lípidos y el material genético; esta interacción provoca daños. En condiciones normales, existe un equilibrio entre estos oxidantes y nuestro propio sistema de defensa antioxidante, pero no siempre es así; hay dos formas en las que los radicales libres pueden superar nuestras defensas antioxidantes:
- Los radicales libres pueden producirse en exceso debido a nuestra exposición a factores ambientales.
- Con el envejecimiento y con la exposición a factores ambientales como los rayos UV y el ozono nuestros niveles de antioxidantes disminuyen haciéndonos más susceptibles al daño inducido por los radicales libres.
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¿Cómo dañan los radicales libres la piel?
Los radicales libres pueden dañar la piel de muchas maneras:
- Dañan el ADN de las células de la piel
- Dañan la membrana de las células de la piel
- Causan daños en el colágeno, la elastina y otras proteínas y otros componentes de la dermis como el ácido hialurónico, provocando su degeneración.
- Disminuyen la producción de colágeno
- Interaccionan con los receptores de las células de la piel provocando inflamación
Los radicales libres no sólo provocan el envejecimiento prematuro, sino que también causan inflamación y desempeñan un papel en el desarrollo de enfermedades y tumores de la piel.
¿Qué genera los radicales libres en la piel?
Hay muchos factores que intervienen en la formación de radicales libres en la piel. Algunos son bien conocidos, como los rayos UV, otros son menos conocidos. A continuación se enumeran los principales factores.
La luz solar y la piel
La luz UV-A y UV-B emitida por el sol tiene muchos efectos negativos sobre la piel. En lo que respecta al estrés oxidativo, los rayos UV generan ROS (especies reactivas del oxígeno) y agotan nuestras enzimas antioxidantes. La luz UV sólo representa el 3-5% de la radiación solar total que llega a la superficie de la Tierra, mientras que la luz visible (42-43%) y la luz infrarroja (IR – 52-55%) constituyen el resto. Se ha comprobado que tanto la luz IR como la visible aumentan los radicales libres en la piel, causando daños y pigmentación.
La contaminación y la piel
La contaminación, a la que estamos expuestos a diario, es otra fuente de daño oxidativo para la piel. Lo que generalmente llamamos contaminación se compone en realidad de varias sustancias químicas diferentes como:
- Partículas (PM 10, PM 2,5)
- Ozono a nivel del suelo (O3)
- Monóxido de carbono (CO)
- Plomo
- Dióxido de azufre (SO2)
- Dióxido de nitrógeno (NO2)
Todas estas sustancias químicas penetran en la piel a diferentes profundidades, provocando una compleja cascada de acontecimientos que comienza con la formación de radicales libres y termina con una amplia variedad de daños oxidativos e inflamación.
El tabaquismo y la piel
El tabaquismo afecta a la piel tanto por la reducción del flujo sanguíneo, lo que disminuye el oxígeno que llega a los tejidos, como por las numerosas sustancias químicas nocivas (más de 3.800) que se inhalan al fumar y que, entre otras cosas, también provocan la generación de radicales libres y la inhibición de las defensas antioxidantes.
Estrés
Aunque no hay muchas pruebas de los efectos directos del estrés en la piel, se sabe que el estrés provoca cambios en el sistema nervioso y hormonal que causan la producción de ROS, inmunosupresión, inflamación y daños en el ADN.
Falta de sueño
Se sabe que la falta de sueño aumenta el riesgo de varias enfermedades. También se sugiere que durante el sueño se produce un aumento de la actividad antioxidante, mientras que la privación del sueño conduce a la acumulación de radicales libres.
Mala nutrición
Se sabe que las deficiencias nutricionales afectan a la salud de la piel. Por el contrario, una dieta sana, rica en frutas y verduras, legumbres, ácidos grasos insaturados y baja en azúcares y grasas saturadas, puede retrasar el envejecimiento al aportar todos los micronutrientes esenciales y aumentar la ingesta de antioxidantes. El alcohol es otro factor dietético que provoca el envejecimiento prematuro de la piel.
Temperatura
En condiciones normales, la temperatura de la piel es de unos 33 °C; los estudios muestran varios efectos negativos del calor en la composición de la piel, tanto directamente como debido al daño oxidativo. Esto también está respaldado por el grave envejecimiento de la piel observado en los brazos de los panaderos y en las caras de los sopladores de vidrio. Cuando se está al sol, la parte infrarroja de la luz solar puede calentar la piel en profundidad hasta más de 40 °C (104 °F).
¿Qué podemos hacer para evitar que los radicales libres dañen la piel?
No podemos cambiar nuestros genes, pero sí podemos cambiar nuestro estilo de vida: tratar de seguir una dieta saludable rica en frutas y verduras, evitar el alcohol, evitar el tabaco, dormir al menos 9 horas por noche, tratar de evitar el sol y llevar siempre ropa protectora y crema solar, tratar de encontrar formas de afrontar el estrés son formas eficaces de prevenir la formación de radicales libres tanto en el cuerpo en general como en la piel. El uso de productos cosméticos que contienen ingredientes antioxidantes también ha demostrado reducir y prevenir el envejecimiento en ensayos clínicos, consulte el artículo dedicado para obtener más información sobre los productos antioxidantes para el cuidado de la piel.
Referencias
- The skin aging exposome.
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DOI: https://doi.org/10.1016/j.jdermsci.2016.09.015 - Atmospheric skin aging-Contributors and inhibitors.
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DOI: https://doi.org/10.1590/abd1806-4841.20175481