La artrosis de cadera, también conocida como osteoartritis de cadera o coxartrosis, es una enfermedad articular degenerativa. Los síntomas de la artrosis se desarrollan lentamente a lo largo de los años, siendo los más comunes el dolor en la articulación de la cadera, la rigidez y la dificultad para caminar. La artrosis de cadera se clasifica en dos categorías principales:
- Artrosis primaria o idiopática.
- Osteoartritis secundaria.
La osteoartritis primaria está causada por el proceso fisiológico de envejecimiento. Debido al envejecimiento, el contenido de agua en los cartílagos disminuye, las proteínas que componen el cartílago, como el colágeno, degeneran lentamente y, en general, el cartílago se desgasta. Debido al envejecimiento, los tejidos también pierden su capacidad de reparación rápida y eficaz. Con el paso de los años, la erosión del cartílago también puede provocar deformidades en el hueso, como el crecimiento de osteofitos. Todos estos cambios contribuyen en conjunto a la aparición de la inflamación de la articulación, que provoca dolor y limitaciones de movimiento. En los casos más avanzados ya no hay cartílago como cojín entre los huesos de las articulaciones. La artrosis primaria suele darse en personas mayores de 55 años y se diagnostica una vez que se han descartado todas las causas de la artrosis secundaria.
La osteoartritis secundaria está causada por otras afecciones que al final conducen a los mismos resultados que la osteoartritis primaria: degeneración del cartílago y el hueso, y aparición de inflamación. Entre las muchas causas de la Artrosis Secundaria se encuentran:
- La obesidad, ya que el aumento de peso que soporta el paciente incrementa la tensión sobre la articulación.
- Displasia de cadera u otras anomalías anatómicas, donde la conformación anatómica de la articulación provoca un aumento de la tensión sobre la misma.
- Traumatismos
- Gota, donde los depósitos de cristales dentro del cartílago provocan la degeneración.
- Artritis reumatoide, donde la inflamación causada por la enfermedad conduce a la degeneración de la articulación.
- La diabetes y otros trastornos hormonales que pueden provocar una degeneración temprana del cartílago.
La artrosis de cadera es una enfermedad muy común en todo el mundo; existe una gran variabilidad entre los países, con una prevalencia de entre el 0,1 y el 10% de la población, dependiendo del país de referencia: en EE.UU. la prevalencia es de entre el 3 y el 6%, lo que la convierte en una de las afecciones más costosas para la sanidad estadounidense, y se espera que las cifras aumenten en todo el mundo en el futuro. La mayoría de las personas mayores de 65 años desarrollan evidencias radiográficas de artrosis, pero no todas desarrollan los síntomas y necesitan tratamiento.
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Síntomas de la artrosis de cadera
El síntoma más común de la artrosis de cadera es el dolor articular, que empeora con el uso repetido de la articulación afectada y mejora con el reposo. La rigidez es otro síntoma común: suele empeorar por la mañana después de que la articulación haya estado inactiva durante toda la noche y mejora después de algún movimiento. Otros síntomas comunes son:
- Dificultad para caminar
- Crepitación de la articulación
- Incapacidad funcional
- Problemas de equilibrio
- Debilidad muscular
Diagnóstico de la artrosis de cadera
El diagnóstico de la artrosis de cadera lo realiza el médico tras revisar la historia clínica, los síntomas referidos por el paciente y tras realizar una exploración física; el tipo, la duración y la localización de los síntomas son los principales indicadores para el médico. Una radiografía de la cadera puede ayudar en el diagnóstico al mostrar un espacio articular reducido, pérdida de cartílago y espolones óseos; también puede ayudar a excluir otras causas de dolor de cadera y a evaluar la necesidad de cirugía. Sin embargo, en las primeras fases de la artrosis es posible que no haya hallazgos radiográficos.
No existe ningún análisis de sangre para la artrosis de cadera, aunque se pueden prescribir para excluir causas secundarias de la OA, como la artritis reumatoide.
A veces puede prescribirse una artrocentesis de cadera guiada por ecografía, consistente en la aspiración de líquido articular, para excluir la gota y las infecciones.
Prevención, tratamiento y terapias de la artrosis de cadera
La artrosis de cadera sintomática afecta al 3-6% de la población, especialmente a los mayores de 55 años; la osteoartritis de cadera asintomática, diagnosticada con evidencia radiográfica de artrosis, se encuentra en el 15-20% de la población. Debido al elevado número de personas que desarrollarán coxartrosis a lo largo de su vida, es importante considerar en primer lugar las estrategias de prevención, que también son útiles para impedir que la afección empeore o, al menos, para frenar su progresión. Cuando la prevención falla o la afección progresa y se vuelve sintomática, existen 4 categorías principales de tratamiento para el manejo de la osteoartritis de cadera:
- Fisioterapia
- Tratamiento farmacológico con medicamentos orales
- Tratamiento farmacológico realizando inyecciones articulares intraarticulares
- Tratamiento quirúrgico (artroplastia de cadera)
Prevención de la artrosis de cadera
Las tres formas principales de prevenir la osteoartritis de cadera son las siguientes
- Mantener un peso saludable o perder peso si se tiene sobrepeso/obesidad. Llevar kilos de más puede aumentar el riesgo de desarrollar artrosis hasta 5 veces, debido al aumento de la tensión en las articulaciones.
- Hacer ejercicio. Los músculos sostienen las articulaciones; tener músculos débiles aumenta la tensión en las articulaciones. Se recomiendan 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada a la semana para todos los adultos. Los adultos mayores deben tratar de mantenerse activos la mayoría de los días, incluso sólo caminar 30 minutos todos los días ayudará a mantener y mejorar la fuerza física.
- Evite las lesiones o hágase tratar. Usar el calzado adecuado, mantener una buena postura, calentar antes de hacer ejercicio, evitar someter las articulaciones a un esfuerzo excesivo, … son formas de prevenir las lesiones. Si te lesionas, acude rápidamente al médico: ignorar una lesión puede provocar más daños en la articulación. Tomar el reposo prescrito adecuado o utilizar la muleta prescrita, por ejemplo, puede mitigar el riesgo de daños mayores.
Fisioterapia para la artrosis de cadera
Una vez que se desarrollan los síntomas de la osteoartritis de cadera, es mejor buscar el apoyo de un fisioterapeuta. El ejercicio no supervisado puede empeorar la condición. Un fisioterapeuta ayudará a mantener la forma correcta, la postura, a entrenar los músculos adecuados, a evaluar la marcha y a entrenar no sólo la fuerza, sino también el equilibrio. Los fisioterapeutas podrán aconsejar sobre cómo descargar la articulación utilizando un bastón o una muleta para mitigar la inflamación y el dolor. Ayudarán a diseñar un programa de ejercicios a la medida de las necesidades de cada paciente concreto. Además, al estar supervisado durante el tiempo que dure el ejercicio, será más probable que cumpla con la rutina de entrenamiento, en lugar de saltársela debido a las molestias y a la falta de motivación.
Medicamentos orales para la osteoartritis de cadera
Hay varios medicamentos disponibles para tratar los síntomas asociados a la osteoartrosis de cadera. Entre los medicamentos que sólo se dirigen al dolor, el principal utilizado es el paracetamol, con una dosis máxima diaria de 4.000 mg si no hay enfermedad hepática en el historial médico, una dosis única máxima de 1.000 mg y un intervalo mínimo entre las dosis de 4 horas. Otros analgésicos utilizados para aliviar el dolor de la artrosis son el tramadol, la codeína y los opiáceos como la oxicodona y la hidrocodona, que necesitan receta y son adictivos. Para la elección y la dosis del fármaco, se aconseja preguntar a su médico y que sea él quien decida el plan de tratamiento para usted.
Otros medicamentos comúnmente recomendados para la artrosis son los AINE o antiinflamatorios no esteroideos; alivian el dolor y también atacan la inflamación. Algunos de estos medicamentos están disponibles sin receta médica, mientras que otros requieren una prescripción. Entre ellos están el ibuprofeno, la aspirina, el naproxeno, el diclofenaco y el celecoxib. Esta clase de medicamentos puede causar daños en el estómago y puede interactuar con otras enfermedades o medicamentos, por lo que, de nuevo, es mejor pedir consejo a su médico de cabecera de antemano.
Los corticosteroides orales, como la prednisona y la cortisona, no suelen recetarse ni recomendarse para la OA de cadera.
Categoría aparte es la de los suplementos para el tratamiento de la osteoartrosis. No hay muchos estudios que respalden su uso y es posible que no tengan ningún efecto ni sobre los síntomas ni sobre la progresión de la enfermedad, aunque las pruebas anecdóticas sugieren su eficacia. Entre los muchos que hay están
- Sulfato de glucosamina
- Sulfato de condroitina
- MSM o metil-sulfonil-metano
- Colágeno
- Magnesio
A menudo se encuentran combinados en un producto y no como agente único. Su eficacia aún está por demostrar en estudios doble ciego a gran escala.
Inyecciones articulares intraarticulares para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera
A día de hoy, existen diferentes tipos de inyecciones articulares intraarticulares para el tratamiento de la osteoartrosis. Se dirigen tanto al dolor como a la inflamación a largo plazo, a diferencia del efecto a corto plazo de los medicamentos orales, y, en algunos casos, pretenden ayudar a la regeneración del cartílago perdido.
Estos son los principales agentes que se inyectan para este tipo de terapia:
- Ácido hialurónico (AH) o hialuronato de sodio. El AH está presente de forma natural en las articulaciones como uno de los muchos componentes de la almohadilla entre los huesos, así como en el líquido que lubrica la articulación. En la artrosis se produce una reducción del contenido de AH en la articulación. Varias inyecciones de ácido hialurónico realizadas con una semana de diferencia pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación. La eficacia es controvertida y varía mucho entre las personas; en general, las mejoras se observan tras un par de semanas desde el inicio del tratamiento y duran hasta 6 meses.
- Inyecciones de corticosteroides. Los corticoides suelen inyectarse en las articulaciones para reducir el dolor y la inflamación. Su ventaja es que actúan muy rápidamente, pero no pueden realizarse más de 3-4 veces en la misma articulación en un periodo de 12-18 meses, ya que de lo contrario aceleran la degeneración articular.
- PRP o Plasma Rico en Plaquetas. Esta novedosa terapia está ganando fama y se está aplicando en diferentes especialidades médicas. Se trata de una sustancia derivada de la sangre del paciente, que se extrae y centrifuga para separar sus componentes. Todavía no hay muchas pruebas y su eficacia es controvertida, pero parece ser más eficaz que el ácido hialurónico para reducir el dolor y la inflamación.
- Células madre mesenquimales. Las células madre son otra terapia novedosa, prometedora y segura, que se está investigando en varios ensayos clínicos en todo el mundo. Suelen obtenerse del tejido graso o de la médula ósea del paciente. Los primeros datos y estudios a pequeña escala muestran una disminución del dolor y la inflamación y, posiblemente, la regeneración del cartílago perdido, pero se necesitan más estudios a largo plazo para evaluar su eficacia.
Terapia quirúrgica: artroplastia de cadera
La terapia quirúrgica, conocida como artroplastia de cadera o cirugía de reemplazo articular, se recomienda generalmente cuando todos los tratamientos conservadores fracasan o cuando la artrosis de cadera está demasiado avanzada y causa un dolor excesivo y una limitación funcional al paciente. La edad del paciente también es un factor importante a la hora de elegir si se opera o no.
El objetivo de la cirugía es aliviar el dolor y restaurar la función de la cadera y hablaremos más en detalle de esta terapia en este artículo dedicado a la artroplastia de cadera.
Referencias
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