Cirugía de masculinización facial para hombres trans

La cirugía de masculinización de la cara es un conjunto de procedimientos quirúrgicos con el objetivo de modificar los rasgos faciales del paciente y hacerlos más masculinos; estos procedimientos son solicitados tanto por pacientes transgénero MaH como por hombres cisgénero que desean unos rasgos faciales masculinos más fuertes.

Los hombres y las mujeres biológicos expresan una anatomía facial diferente, en particular en lo que se refiere al ángulo mandibular y la mandíbula, el mentón, la frente, los pómulos, la nariz, la línea del cabello y el vello facial (barba, bigote y cejas), además del cartílago tiroides o nuez de Adán, que aunque no se encuentra técnicamente en la cara, suele considerarse entre los rasgos faciales en la cirugía de masculinización facial. Una lista más extensa de las diferencias entre la anatomía facial masculina y femenina se puede encontrar en el artículo de la cirugía de feminización facial.

En entornos sociales y cuando conocemos a alguien por primera vez, la cara es la primera parte del cuerpo que miramos y es a partir de la cara que deducimos entre otras muchas cosas también la identidad de género. Para evitar una identificación errónea, incongruente con la identidad de género del individuo (esto se aplica también a los hombres cisgénero con rasgos andróginos) y las consecuencias que esto puede tener psicológicamente, algunos individuos deciden someterse a una cirugía de masculinización facial.

Estos procedimientos no se realizan tan comúnmente como los de feminización facial, pero aún así se llevan a cabo de forma rutinaria en centros especializados en cirugía plástica craneofacial y maxilofacial. Son cirugías opcionales, a menudo objetivamente no necesarias, ya que el paciente transgénero MaH se somete a un proceso de masculinización una vez iniciada la terapia hormonal sustitutiva con testosterona, con resultados que generalmente se consideran satisfactorios y suficientes.

Los procedimientos de masculinización facial más solicitados y realizados son los siguientes

  • Cirugía de descenso y engrosamiento de cejas
  • Cirugía de aumento y alargamiento de la frente
  • Rinoplastia de aumento
  • Aumento de la mandíbula y del ángulo mandibular
  • Aumento del mentón
  • Aumento de la nuez de Adán
  • Remodelación de pómulos
  • Trasplante de barba y bigote

Procedimientos de masculinización de la frente y las cejas

La frente es una zona considerable de la cara, ya que abarca alrededor del 30-35% (el tercio superior); modificar sus características conlleva un cambio sustancial en la estética facial.

Los objetivos de la masculinización de la frente son el alargamiento de la misma, es decir, el aumento de la distancia entre las cejas y la línea del cabello, el ensanchamiento de la misma y la creación de las típicas protuberancias en la región de los senos frontales conocidas como «frontal bossing» en inglés, así como la protuberancia a nivel de los bordes orbitales superiores conocida como «supraorbital ridge».

Estos cambios se pueden realizar de forma individual o como un conjunto de procedimientos dependiendo de las expectativas del paciente. Algunos cambios también pueden obtenerse de forma no quirúrgica como procedimientos mínimamente invasivos mediante la inyección de rellenos de tejidos blandos o con un injerto de grasa autóloga, mientras que otros pueden requerir el uso de expansores de tejidos, implantes sintéticos o injertos de hueso autólogo, siempre dependiendo de los resultados deseados y las expectativas.

También se puede emplear la depilación láser para elevar la línea del cabello y darle forma siguiendo la estética típica masculina (línea del cabello en forma de M).

Las cejas pueden bajarse tanto para alargar la frente como para adaptarse al rasgo típico masculino de tener las cejas por debajo del reborde supraorbitario, que además son rectas en lugar de arqueadas. Las cejas masculinas también son más gruesas que las femeninas; es posible realizar un trasplante cosechando pelo con características similares a las de las cejas (unidades foliculares monobulbares, pelo grueso, marcada inclinación folicular) de la región occipital mediante la técnica de trasplante FUE.

Rinoplastia de aumento

Los hombres tienden a tener una nariz más larga y grande, que además es más proyectada (sobresale más de la cara) en comparación con las mujeres. Es posible modificar estos rasgos mediante el uso de implantes sintéticos, o tejido autólogo como el cartílago de las costillas o en algunos casos también mediante la inyección de rellenos, lo cual es una técnica mínimamente invasiva capaz de obtener resultados satisfactorios dependiendo de las expectativas del paciente y de su anatomía única.

Remodelación del hueso de la mandíbula y del ángulo mandibular

La mandíbula típica de los hombres es cuadrada, con un ángulo mandibular bien pronunciado, frente a la mandíbula más armoniosa y la cara más delgada de la población femenina.

Para modificar estos rasgos, es posible utilizar implantes colocados a través de incisiones dentro de la cavidad bucal para evitar cicatrices visibles y luego fijados con tornillos metálicos. Otra técnica utiliza tejido óseo autólogo extraído de la cresta ilíaca o del cráneo, que se introduce en un corte sagital del tejido óseo del ángulo mandibular, entre la parte externa (periostio) y el hueso esponjoso; esta colocación no permite la reabsorción del injerto óseo, como ocurriría si se colocara entre el músculo masetero y el periostio.

Genioplastia – Cirugía de remodelación del mentón

El mentón masculino es más largo, grande y pronunciado que el femenino. Una prominencia anterior también es común entre los hombres.

El aumento de la dimensión vertical es difícilmente alcanzable con un implante; la técnica preferida en este caso es la osteotomía, o corte del hueso, y luego la remodelación del mentón mediante el reposicionamiento de las piezas de tejido óseo, utilizando tornillos quirúrgicos, placas o alambre. Los espacios vacíos que puedan resultar de este proceso de remodelación pueden rellenarse con rellenos de tejido. De todos modos, también es posible contornear el mentón mediante la colocación de un implante sintético.

La genioplastia se suele realizar conjuntamente con la remodelación de la mandíbula para obtener un resultado más natural y armonioso de todo el tercio inferior de la cara.

Aumento del cartílago tiroides – Aumento de la nuez de Adán

Uno de los rasgos más evidentes y distintivos de la estética biológica masculina y femenina es la presencia de un cartílago tiroides más o menos pronunciado.

Es posible recrear quirúrgicamente este rasgo típico masculino colocando un injerto autólogo cosechado del cartílago costal del paciente; este injerto es entonces adecuadamente moldeado e implantado sobre el cartílago tiroides nativo del paciente realzando la manzana de Adán. No sólo será más pronunciada y proyectada anteriormente, sino que también seguirá los movimientos naturales del cartílago tiroides deslizándose hacia arriba y hacia abajo al tragar.

Malarplastia – Contorno de pómulos

Los pómulos masculinos son más cincelados y planos que los femeninos. En función de las características anatómicas y de las expectativas del paciente será posible remodelar los pómulos utilizando implantes, o inyectando rellenos o grasa autóloga, o remodelando/reduciendo el tejido graso y remodelando el tejido óseo subyacente.

Trasplante de barba y cabello

Las técnicas empleadas para un trasplante de pelo o barba en un paciente transgénero MaH no difieren de las empleadas normalmente para el muy común trasplante de pelo FUE. La misma técnica puede utilizarse también para el trasplante de vello corporal, por ejemplo en el pecho, el abdomen y la región púbica. La terapia de sustitución hormonal con andrógenos suele aumentar la cantidad de vello corporal, así como su grosor, pero también puede provocar el típico adelgazamiento del cabello masculino conocido como alopecia androgénica.

Criterios para los procedimientos de masculinización facial y procedimientos preoperatorios

A diferencia de otras cirugías que forman parte de la transición MaH, como la mastectomía o el procedimiento de reasignación de género, la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH) no estableció ningún criterio para la cirugía de masculinización facial. Por lo tanto, no se requiere una terapia de sustitución hormonal, ni un diagnóstico de disforia de género o haber vivido en el rol de género durante al menos 1 año para tener acceso a dichos procedimientos.

Aun así, existen algunos criterios como para cualquier otro procedimiento de cirugía plástica:

  1. Mayoría de edad
  2. Estar en plena posesión de sus facultades. Ser capaz de tomar una decisión con pleno conocimiento de causa y dar su consentimiento para el tratamiento.
  3. Ausencia de contraindicaciones médicas absolutas (condiciones médicas que harían demasiado arriesgada la realización de la cirugía).

Antes de la intervención quirúrgica habrá una consulta con el cirujano, que le prescribirá exámenes preoperatorios como pruebas de laboratorio, consulta de anestesiología, pruebas de imagen (radiografías o TAC), etc.

Es posible que tenga que tomar o dejar de tomar algunos medicamentos. Se recomienda encarecidamente dejar de fumar y evitar la toma de aspirinas u otros medicamentos anticoagulantes durante la semana anterior a la intervención.

La terapia de reemplazo hormonal con andrógenos, aunque no es un requisito previo, se aconseja ya que es capaz por sí misma de causar cambios estructurales en la estructura ósea así como en la composición del tejido, dando un aspecto más masculino. Para obtener un resultado estético óptimo se suele aconsejar esperar a las modificaciones inducidas por la testosterona antes de someterse a cirugías invasivas.

Complicaciones y riesgos de la cirugía de masculinización facial

El cirujano se encargará de explicar detalladamente todos los riesgos y posibles complicaciones derivadas de los procedimientos específicos de masculinización facial a los que se somete el paciente, que también dependen de la técnica utilizada, los materiales y la anatomía del paciente.

Entre los riesgos se encuentran las hemorragias, las infecciones, los problemas de cicatrización de las heridas, la hinchazón prolongada, los problemas de cicatrización ósea, la migración de los implantes, la pérdida de pelo en el lugar de las incisiones y los riesgos anestésicos.

Referencias
  • ASPS – American Society of Plastic Surgeons
  • First Female-to-Male Facial Confirmation Surgery with Description of a New Procedure for Masculinization of the Thyroid Cartilage (Adam’s Apple)
    Deschamps-Braly JC, Sacher CL, Fick J, Ousterhout DK – Plastic and Reconstructive Surgery Journal, Apr 2017
  • Dr. Paul Tessier and facial skeletal masculinization.
    Ousterhout DK – Annals of Plastic Surgery Journal – Dic 2011
    DOI: https://doi.org/10.1097/sap.0b013e31821835cb
  • Gender-confirming facial surgery: considerations on the masculinity and femininity of faces.
    Hage JJ, Becking AG, de Graaf FH, Tuinzing DB. – Plastic and Reconstructive Surgery Journal, Giu 1997
    DOI: https://doi.org/10.1097/00006534-199706000-00001
  • Principles of Transgender Medicine and Surgery – 2nd edition
    Ettner R, Monstrey S, Coleman E – Routledge 2016
  • Transgender Medicine – A multidisciplinary Approach
    Poretsky L, Hembree WC – Springer 2019

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