Guía sobre el aumento de pecho y los implantes para mujeres transgénero

El aumento de mamas, también conocido como mamoplastia de aumento o cirugía superior en el caso específico de las mujeres transexuales, es un procedimiento de cirugía plástica y reconstructiva con el objetivo de crear un pecho femenino y estéticamente preciso, armonizado con el cuerpo de la paciente para hacerlo congruente con su identidad de género.

Es impropio llamarla cirugía estética ya que su objetivo es diferente al de un procedimiento cosmético; es a todas luces una terapia quirúrgica para el tratamiento de la disforia de género, que es la angustia experimentada por el paciente que se encuentra en un cuerpo y con un género asignado al nacer que es diferente a su identidad de género.

El pecho es uno de los principales indicadores externos para la identificación de género. Por este motivo, el aumento de pecho para las pacientes transgénero de HaM representa un punto de inflexión en su transición, facilitando y mejorando su identificación de género en entornos sociales, mejorando los síntomas de disforia de género y ayudando a la paciente a sentirse a gusto con su propio cuerpo.

Criterios para la cirugía de feminización de las mamas

Los criterios establecidos para la feminización de las mamas por las Normas de Atención de la 7ª edición de la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH) son los siguientes

  1. Diagnóstico persistente y bien documentado de disforia de género por un profesional de la salud mental.
  2. En plena posesión de sus facultades. Ser capaz de tomar una decisión plenamente informada y de dar su consentimiento para el tratamiento.
  3. Mayoría de edad .
  4. Ausencia de contraindicaciones médicas absolutas (condiciones médicas que harían demasiado arriesgada la intervención quirúrgica).

La terapia hormonal sustitutiva (THS) no es un criterio ni un requisito para esta cirugía. Sin embargo, es muy aconsejable someterse a un aumento de pecho sólo después de haber comenzado la TRH feminizante y después de tomarla durante al menos un año continuo. El motivo es maximizar el crecimiento natural y fisiológico del tejido mamario estimulado por las hormonas para obtener un resultado estético superior.

Procedimientos preoperatorios para el aumento de pecho

El cirujano recogerá los antecedentes médicos y familiares (anamnesis), realizará una exploración física, comprobará las constantes vitales y prescribirá ECG, pruebas de laboratorio e imágenes médicas si lo considera oportuno.

Según el cirujano y la clínica, es posible que la paciente tenga que suspender la terapia hormonal sustitutiva con estrógenos debido a que aumenta el riesgo de eventos tromboembólicos durante y después de la cirugía. Esta interrupción será decidida por el cirujano y el anestesista y puede variar entre 2-4 semanas antes de la cirugía y 2-4 semanas después de la misma.

Hay que evitar el tabaco y la nicotina entre 2 y 6 semanas antes y después de la cirugía; dejar de fumar reduce sustancialmente los riesgos de complicaciones y acelera la recuperación al mejorar la cicatrización de los tejidos.

Los medicamentos anticoagulantes, como la aspirina, deben evitarse la semana anterior a la intervención.

En algunos casos, cuando la piel del paciente no es lo suficientemente elástica o si el volumen del implante elegido lo requiere, puede ser necesario someterse a dos procedimientos: durante la primera cirugía se colocarán dos expansores tisulares en su posición y en las semanas siguientes se inflarán aumentando el volumen dando el tiempo adecuado para que la piel y los tejidos se adapten. En la segunda intervención se retirarán los expansores y el cirujano procederá al aumento de pecho.

Diferencia entre pecho masculino y femenino

Los hombres y las mujeres biológicos tienen pechos con características diferentes. Estas diferencias hacen que el aumento de pecho en una mujer cisgénero no sea igual al aumento de pecho en una mujer transgénero, por lo que el cirujano tendrá que poseer los conocimientos y la experiencia en esta población específica para poder obtener resultados satisfactorios en la reconstrucción y hacer que el pecho sea estéticamente similar al de una mujer biológica. Por esta razón, se aconseja elegir un cirujano con experiencia en la realización de cirugías en transexuales y no sólo un cirujano con experiencia en el aumento de pecho.

Las principales diferencias entre el pecho masculino y el femenino, por lo que respecta a las características que influyen en los resultados de la mamoplastia, son las siguientes:

  • Los cuerpos femeninos tienen líneas curvas y redondas, los masculinos tienen líneas angulosas y afiladas.
  • Los cuerpos femeninos tienen un mayor porcentaje de grasa corporal en comparación con los masculinos.
  • El pezón y la areola son más pequeños en los hombres
  • Los pezones femeninos están situados en el punto más proyectado del pecho, aproximadamente a la altura del punto medio del húmero
  • El pecho masculino es más grande en comparación con el femenino, que además tiene una forma más cónica.
  • El pecho femenino se extiende desde la segunda o tercera costilla hasta la sexta o séptima.
  • El músculo pectoral mayor está más desarrollado en el hombre.
  • La distancia entre el pezón y la línea inframamaria es menor en la mujer.
  • Los pezones están situados más lateralmente en los hombres.
  • Las mujeres transexuales no sufren de ptosis mamaria tanto como las mujeres biológicas.
  • La hendidura intermamaria es mayor en las mujeres trans que en las biológicas.
  • El desarrollo mamario debido a la terapia hormonal sustitutiva feminizante produce una amplia gama de resultados, dependiendo de las características individuales de cada paciente. Sin embargo, en general, la mama que se desarrolla en una mujer transgénero es diferente de la de una mujer cisgénero adulta. En realidad, es más parecido al de una adolescente, con forma de cono, puntiagudo, con poco tejido glandular y, por lo general, con poco volumen total; sólo en raras ocasiones es posible lograr un desarrollo completo comparable al de una mujer cisgénero después de la pubertad.

Tipos de implantes mamarios y los diferentes enfoques quirúrgicos en el aumento de pecho

Al ser una de las cirugías reconstructivas y estéticas más realizadas, a lo largo de los años se han desarrollado varias técnicas quirúrgicas diferentes así como una diversa gama de implantes que conducen a diversos resultados estéticos y funcionales. Se recomienda hablar con el cirujano sobre la elección de la técnica quirúrgica y el tipo de implante, discutiendo las ventajas y desventajas de las diferentes opciones abordando en particular las vinculadas a las características anatómicas específicas de la paciente. A continuación, se explica en qué puede variar el aumento de pecho.

Colocación de implantes: subglandular, submuscular y plano dual

Los implantes mamarios pueden colocarse en un bolsillo creado por el cirujano bajo el tejido glandular de la mama (subglandular o «sobre el músculo») o bajo el músculo pectoral mayor (submuscular o «bajo el músculo»); una tercera opción es la técnica de plano dual, en la que la parte superior del implante está bajo el músculo, mientras que la parte inferior del implante está en colocación subglandular.

La colocación de implantes subglandulares tiene la ventaja de ser una técnica menos invasiva, con una recuperación postoperatoria más rápida, menos riesgos y complicaciones, menos dolor o molestias postoperatorias y que permite colocar implantes de mayor volumen. La desventaja de esta técnica es que si el tejido mamario glandular es escaso en la paciente, los bordes de los implantes podrían ser visibles, con un resultado estético poco natural. La sensación al tacto será tanto más antinatural cuanto menos tejido glandular tenga la paciente.

La colocación de implantes submusculares suele dar un resultado más natural, sin el riesgo de que los bordes del implante sean visibles debido a la escasez de tejido glandular que lo cubre. También tiene menos posibilidades de sufrir una complicación que puede surgir tras el aumento de pecho y que se conoce como contractura capsular. Sin embargo, en el caso de pacientes físicamente activas y que realizan ejercicio, existe el riesgo de migración del implante debido a la actividad del músculo pectoral mayor, así como el riesgo de deformidad temporal cuando el músculo se contrae; la recuperación postoperatoria es más larga con riesgo de tener una reducción en el rendimiento deportivo, con posible menor fuerza en los ejercicios que involucran al músculo pectoral mayor y en algunos casos dolor o molestias al realizar algunos ejercicios.

La colocación del implante en plano dual, como se ha indicado anteriormente, significa que la parte superior del implante se coloca bajo el músculo pectoral mayor, quedando así cubierta tanto por el músculo como por el tejido mamario glandular; en cambio, la parte inferior del implante se deja libre y queda cubierta sólo por la glándula mamaria. Este tipo de colocación de implantes conlleva la mayoría de las ventajas de las dos técnicas anteriores, minimizando sus desventajas. Es posible variar la técnica quirúrgica disecando y despegando el músculo en mayor o menor medida, para abordar las diferentes características anatómicas de las distintas pacientes y mejorar el resultado estético, proporcionando por ejemplo más o menos elevación en caso de ptosis mamaria.

El menor o mayor tiempo de recuperación postoperatoria se presentará de nuevo cuando exista la necesidad de sustituir el implante; se aconseja cambiar el implante a los 10 años de la cirugía o antes en caso de complicaciones o si aparecen signos de desgaste o deterioro del implante.

Cuando es necesario someterse a una mamografía, la colocación en plano dual y submuscular son las que permiten una ejecución más fácil del examen de imagen en comparación con la colocación subglandular.

Material de relleno de los implantes: ¿solución salina o silicona?

Todos los implantes mamarios están fabricados con una cubierta exterior de silicona. Esto se debe a que la silicona ha demostrado a lo largo de los años ser el material más biocompatible, duradero y seguro.

Las diferencias de material se refieren únicamente al relleno de esta cubierta de silicona: las opciones más utilizadas son la solución salina (agua salada estéril) y el gel de silicona cohesivo.

Las ventajas de los implantes mamarios rellenos de solución salina es que se introducen cuando aún están vacíos y se rellenan cuando están en el lugar adecuado a través de una válvula especialmente diseñada. Esto permite realizar una incisión más pequeña que dará lugar a una cicatriz menos visible y permite enfoques quirúrgicos que no son factibles de otra manera, como el enfoque transumbilical. Otra ventaja de este tipo de implante es que, en el raro caso de que se rompa, lo que saldrá de él es sólo solución salina, inofensiva y reabsorbible por los tejidos circundantes. Entre las desventajas de los implantes mamarios de solución salina están la consistencia poco natural, que es similar a la de un globo de agua, el riesgo de contaminación bacteriana debido al paso añadido de llenar el implante durante la cirugía, la posibilidad de llenar el implante con algunas burbujas de aire también que en raros casos pueden ser sentidas por los pacientes cuando se mueven, la posibilidad de sentir la válvula o los pliegues que podrían formarse en la superficie de la cáscara en caso de pérdida de volumen y, por último, en caso de ruptura del implante se vaciará rápidamente debido a la fluidez del líquido que contiene.

Las ventajas de los implantes mamarios rellenos de silicona es la consistencia natural al tacto, suave pero sólida, similar al tejido glandular mamario de las mujeres cisgénero. Al producirse íntegramente en una manufactura médica no supone el riesgo añadido de contaminación microbiana o derrame de líquido durante el proceso de llenado. Entre las desventajas están la necesidad de una incisión más larga, por lo tanto más visible, el hecho de que la silicona no es un biomaterial reabsorbible, por lo que en caso de rotura del implante hay que extraerlo quirúrgicamente; hoy en día hay una baja probabilidad de rotura, debido a que las cubiertas exteriores están diseñadas para durar más y ser más resistentes. La silicona utilizada para el relleno de los implantes tampoco es la misma que se utilizaba hasta principios de los 90, pero ahora es un gel altamente cohesivo que debido a su viscosidad en caso de rotura del implante no se derrama. Además, la silicona es radiopaca, lo que significa que bloquea los rayos X dificultando la realización de una mamografía; en lugar de una mamografía, se puede realizar una resonancia magnética.

En el pasado se utilizaron y probaron otros materiales, como el hidrogel y el aceite trilúcido (aceite de soja), pero se abandonaron debido a que sus características estéticas, funcionales y de seguridad no estaban a la altura de los otros materiales que aún se utilizan.

Forma de los implantes mamarios: redonda o anatómica (redonda o en forma de gota)

Los implantes mamarios pueden tener diferentes formas, lo que permite al cirujano proporcionar resultados muy diferentes sólo en función de la forma del implante elegido.

Los implantes mamarios redondos fueron los primeros en producirse y utilizarse para la cirugía de aumento de pecho. Son implantes simétricos, con forma similar a la de una media esfera; su punto de máxima proyección se encuentra justo en el centro del implante. La rotación del implante redondo después de su colocación, que es posible aunque no es común, no causa ningún problema gracias a su simetría. Este tipo de implante aumenta el volumen del pecho de manera uniforme a todos los polos a diferencia del implante en forma de gota que rellena más los polos inferiores. Los implantes redondos se eligen cuando no hay ptosis de la mama o es mínima, cuando el pezón está situado en el centro de la mama y, en general, cuando la paciente ya tiene una mama con una forma ideal. Además, este tipo de implante es más económico.

Los implantes anatómicos, también conocidos como implantes en forma de gota, se introdujeron en el mercado en épocas más recientes e inmediatamente han tenido un gran éxito, en parte también debido a que fueron los primeros en rellenarse con gel de silicona altamente cohesivo, lo que garantiza una sensación y un resultado general más naturales. La forma es la de una gota sobre una superficie vertical; su punto de máxima proyección está desplazado hacia la parte inferior, lo que hace que no sea simétrica. Está disponible en muchos modelos diferentes con alturas, anchuras, localización variable del punto de máxima proyección, para dar al cirujano la posibilidad de elegir el mejor modelo en función de las características individuales del paciente, como su anatomía y asimetrías fisiológicas. El implante anatomico suele ser el preferido cuando se necesita volumen en los polos inferiores y en la región areolar, o para corregir la ptosis de la mama (flacidez), o cuando la mama está poco desarrollada, o cuando la mama perdió volumen debido a la lactancia o después de una pérdida de peso, o en el caso de la mama tuberosa o de asimetrías entre las mamas, o cuando el pezón apunta hacia abajo. La forma de lágrima imita la tendencia natural de la mama a tener el mayor volumen a nivel del pezón y a disminuir el volumen hacia arriba o hacia abajo. La forma anatómica del implante proporciona un resultado más natural cuando el pecho está en posición vertical, pero cuando la paciente se tumba mantiene la forma de gota, por lo que su aspecto es menos natural que el del pecho natural o los implantes redondos, que redistribuyen su volumen. Además de los costes más elevados del propio implante, podría requerir un tiempo de cirugía más largo y una técnica quirúrgica más compleja, lo que contribuye a un precio global más elevado de la cirugía.

El resultado estético natural no depende únicamente de la forma del implante, sino de múltiples factores. Por este motivo, es improcedente decir que una forma proporciona un resultado más natural en comparación con la otra; la elección de la forma del implante depende de las características individuales del paciente y de sus expectativas.

Implantes mamarios lisos o texturizados

Otra diferencia entre los implantes mamarios es su cubierta exterior, que puede ser rugosa (con textura) o lisa.

Los implantes mamarios lisos fueron los primeros en introducirse en el mercado y en implantarse en los años 60. El grosor de la cubierta es inferior al de los implantes texturizados, lo que proporciona una sensación más natural al tacto y menos rigidez al implante. Los implantes lisos se mueven más libremente y siguen los movimientos del cuerpo, ya que no se agarran firmemente a los tejidos circundantes. Sin embargo, si el bolsillo creado por el cirujano es mayor que el volumen del implante, la movilidad se convierte en una desventaja que aumenta el riesgo de migración del implante durante el proceso de cicatrización con un resultado estético subóptimo. Los implantes mamarios lisos suelen colocarse bajo el músculo, por lo que necesitan una técnica quirúrgica más invasiva. El menor grosor de la cubierta exterior permite una incisión más pequeña en comparación con la colocación de un implante texturizado.

Los implantes mamarios texturizados se introdujeron en los años ochenta. Su superficie es áspera, como el papel de lija (pero está claro que no es abrasiva!). Se desarrollaron para prevenir una complicación conocida como contractura capsular siguiendo la teoría de que el crecimiento de los tejidos en los espacios microscópicos de la cubierta texturizada, impediría la formación de colágeno y otro exceso de tejido fibroso alrededor del implante. Los implantes texturizados tienen la ventaja de adherirse a los tejidos circundantes, lo que disminuye los riesgos de migración del implante, pero al mismo tiempo su limitada movilidad les confiere una sensación menos natural. En el caso de los implantes en forma de gota, la superficie texturizada es necesaria, ya que de lo contrario, en caso de rotación, el resultado estético sería poco natural. Un paciente con tórax cóncavo o convexo tiene un mayor riesgo de migración del implante; a aquellos con «pectus excavatum» o «pectus carinatum» se les aconseja elegir un implante rugoso.  Las cubiertas de los implantes rugosas son más gruesas: esto les da una sensación menos natural al tacto, pero también les da más resistencia con un menor riesgo de rotura y, en general, implantes más duraderos.

También en el caso de la elección entre implantes mamarios lisos y texturizados hay múltiples variables a tener en cuenta; será el cirujano, tras la consulta quirúrgica, quien aconseje qué es lo mejor en función de las características individuales de la paciente y de sus conocimientos y experiencia, explicando las diferencias, las ventajas y los inconvenientes de ambos.

Perfil o proyección de los implantes mamarios: perfil bajo, perfil moderado y perfil alto

El perfil de los implantes mamarios, conocido también como proyección de los implantes de mama, define cuánto sobresale un implante hacia delante del pecho, especialmente evidente en la vista lateral. Los principales tipos de perfil son bajo, moderado y alto, pero también hay medidas intermedias según la marca del implante.

No hay que confundir el perfil con el diámetro del implante, que es la zona de la base: son dos medidas y características distintas y variables de cada implante mamario. El consejo en este caso es mirar la armonía del resultado final global, que como siempre depende de las características individuales de la paciente; entre las muchas variables el cirujano tiene que mirar las dimensiones del pecho, el desarrollo de la mama después de la terapia hormonal feminizante y las expectativas de la paciente que puede querer un resultado más o menos curvilíneo así como una estética más o menos natural. El cirujano se encargará de explicar las diferencias, haciendo que la paciente comprenda el diverso abanico de posibilidades y resultados, y aconsejará a la paciente basándose en su experiencia clínica.

Colocación de la incisión del implante mamario

En el caso de la mujer cisgénero existen muchas posibilidades en cuanto a la colocación de la incisión del implante mamario; en el caso de la mujer transgénero, tres son las incisiones que generalmente se tienen en cuenta:

  1. Incisión periareolar
  2. Incisión axilar
  3. Incisión inframamaria

Esta última es considerada por muchos cirujanos como la incisión de elección; esto se debe a que las mujeres transexuales tienen un complejo areola-pezón más pequeño en comparación con las mujeres cisgénero, lo que dificulta la inserción del implante así como la creación de un bolsillo (disección de los tejidos) donde se coloca el implante. La incisión axilar generalmente no se aconseja ya que el músculo pectoral mayor es más fuerte en comparación con el de una mujer biológica, así como es diferente la estructura del polo inferior de la mama, lo que dificulta la disección y aumenta el riesgo de mal posicionamiento del implante y/o de desplazamiento/migración del mismo. Además, la cicatriz axilar es más visible, por ejemplo cuando se levantan los brazos o cuando se lleva sólo el sujetador, por lo que este abordaje quirúrgico no es la mejor opción. En cambio, el abordaje inframamario garantiza un procedimiento más sencillo para el cirujano, lo que se traduce en un mejor resultado estético y un menor riesgo de complicaciones, sea cual sea el implante elegido. La cicatriz queda oculta en el surco inframamario por la propia mama o por el sujetador cuando éste se usa, haciendo menos reconocible el hecho de que la paciente se sometió a una cirugía de aumento de pecho.

Las dimensiones (volumen) del implante mamario

La mayoría de las pacientes está familiarizada con la dimensión de los implantes mamarios, una de las variables más conocidas y más discutidas en los foros de Internet. La dimensión del implante se indica mediante un número que define su volumen y cuya unidad de medida es el cm³ siguiendo los estándares internacionales, pero lo más habitual es indicarlo como cc o CC.

Las dimensiones de los implantes mamarios varían entre unos 120cc y 800cc. No es posible estimar las dimensiones finales de la mama basándose únicamente en el tamaño del implante, ya que éste varía también en función de la anatomía específica de la paciente, como las dimensiones del tórax, la distancia entre el lado del tórax y el pezón y la distancia entre los dos pezones, la cantidad de tejido glandular presente y otras características del propio implante elegido. Hay que recordar que la piel tiene que ser capaz de estirarse y adaptarse al implante y que su elasticidad varía entre los distintos individuos, así como variable es el riesgo de que aparezcan estrías. Es conveniente tener en cuenta esta información también a la hora de elegir el volumen del implante mamario.

Entre las diferentes formas de entender el resultado estético final al elegir diferentes volúmenes, el cirujano podría ayudar usando una cinta métrica para mostrar las proporciones, o con el uso de sujetadores especiales para usar con bolsillos donde se insertan las réplicas de los implantes y que dan una idea del resultado final bajo la ropa, o mostrando las fotos pre y post operatorias de pacientes con anatomía similar, o más recientemente con el uso de software de simulación y modelado en 3D que puede crear un modelo virtual del cuerpo del paciente y puede aproximar el resultado final.

Cuanto mayor es el volumen, mayor es el riesgo de perder la sensibilidad en la zona de la mama, que puede recuperarse parcial o totalmente hasta un año después de la cirugía gracias a los procesos naturales de curación de las terminaciones nerviosas; esto se debe a que el aumento de volumen estira los nervios y cuanto mayor es el volumen, mayor es el estiramiento y el posible daño nervioso.

Un mayor volumen también se traduce generalmente en una recuperación más larga, con más molestias, y un resultado estético menos natural.

Por ello, en la elección de esta característica del implante mamario es importante escuchar los consejos del cirujano, que se basan en sus conocimientos y experiencia en esta cirugía específica.

En algunos casos, cuando las dimensiones del implante lo requieran, o cuando la piel no sea lo suficientemente elástica, o cuando el crecimiento natural debido a la TRH sea escaso, puede ser necesario someterse a un procedimiento de dos pasos: en el primer paso se coloca un expansor tisular por vía subcutánea y se aumentará su volumen semanalmente inyectando suero fisiológico en el mismo; el segundo paso es el aumento de pecho y puede tener lugar una vez que el estiramiento sea suficiente para encajar el implante.

Lipofilling mamario o aumento de pecho con injerto de grasa

Otra técnica alternativa para el aumento de pecho es el lipofilling mamario, también conocido como aumento de pecho por transferencia de grasa o injerto de grasa autóloga.

La técnica requiere la extracción de adipocitos, las células grasas o comúnmente «grasa», de forma similar a como se realiza la liposucción; requiere una zona donde sea posible extraer suficientes células grasas según las necesidades de la paciente. La grasa se procesa antes de poder utilizarla para rellenar la región mamaria. Las células grasas cosechadas deben ser viables y necesitan recibir nutrientes de los tejidos donde se inyectarán para mantenerse vitales. Si esto no ocurre, se reabsorberán y eliminarán en las semanas siguientes. La tasa de supervivencia es de alrededor del 40-70% del volumen injertado, lo que depende de las técnicas de recolección, procesamiento y reinyección empleadas; la combinación de PRP (plasma rico en plaquetas) con el injerto de grasa está mostrando una mayor tasa de supervivencia de las células grasas, que en algunos estudios se eleva al 70% en comparación con el 40% del grupo de control.

Aunque es una técnica interesante e innovadora, no es una opción viable para todos los pacientes. En primer lugar, es necesario disponer de una zona donante en la que haya suficiente grasa y que sea posible cosechar. Esto no es posible en pacientes demasiado delgados. En segundo lugar, no es posible realizar aumentos de gran volumen con esta técnica, por lo que dependerá también de las expectativas del paciente. No obstante, es una técnica quirúrgica interesante, especialmente para retocar algunas zonas como la inframamaria cuando las dos mamas están demasiado separadas después del aumento de pecho con implantes; o podría utilizarse para rellenar pequeñas zonas de las que la paciente podría estar insatisfecha estéticamente.

El aumento mamario con transferencia de grasa también podría estar indicado para pacientes que han respondido bien a la terapia hormonal sustitutiva feminizante, con un crecimiento natural satisfactorio de la mama. Además de mejorar la estética, esta técnica también puede ayudar a mejorar la consistencia del pecho al tacto. Por último, esta técnica puede emplearse para corregir algunas asimetrías.

Es de suma importancia a la hora de elegir esta técnica escoger una clínica y un cirujano con experiencia y conocimientos específicos de las técnicas actuales y con un alto índice de satisfacción de las pacientes.

Tiempo de intervención para el aumento de pecho, recuperación postoperatoria y consejos

La cirugía puede realizarse en régimen de hospitalización breve o en régimen ambulatorio. Suele durar entre 90 y 120 minutos. El anestesista y el cirujano le recetarán medicamentos para controlar las náuseas y el dolor postoperatorio, pero como en cualquier otra intervención quirúrgica, es posible que sienta algunas molestias y fatiga durante los primeros días de la recuperación; los dos primeros días serán los menos agradables debido a los efectos agudos de la cirugía y la anestesia.

Es de esperar que se produzcan hinchazones y hematomas, que se reabsorberán en las primeras semanas después de la cirugía.

Según el cirujano y el procedimiento, se puede envolver al paciente con una venda elástica protectora, o simplemente se puede aplicar un poco de pegamento quirúrgico sobre los puntos de sutura. El cirujano puede aconsejarle que lleve un sujetador postquirúrgico (de compresión) durante dos semanas, tanto de día como de noche, y después sólo de día durante 4 semanas.

La paciente no podrá levantar las manos ni objetos pesados durante los primeros días o semanas, según aconseje el cirujano.

Normalmente no se aconseja ducharse durante los primeros días del postoperatorio, pero hay que escuchar los consejos específicos del cirujano tratante. Sin embargo, no se aconseja tomar baños prolongados en la bañera o en la piscina, que podrían influir en el proceso de cicatrización de las heridas quirúrgicas y que deben mantenerse secas y limpias. Las esponjas, las toallitas húmedas, los champús en la peluquería, son algunas de las formas de mantenerse limpio sin mojarse completamente.

Se aconsejará dormir en posición supina, sobre la espalda, con algunas almohadas elevando ligeramente la posición del pecho especialmente en la primera semana.

Levantarse pronto de la cama y caminar es bueno tanto para la curación como para disminuir el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP), pero es muy importante no cansarse demasiado y tener cuidado ya que los efectos de la anestesia y de la cirugía pueden provocar una caída, por lo que es mejor tener a alguien al lado; también es importante no realizar ningún movimiento que pueda provocar hemorragias, más hinchazón , hematomas y dolor.

Las compresas frías pueden ayudar a reducir tanto la hinchazón como las molestias.

En el primer día del postoperatorio se puede aconsejar una dieta ligera o líquida, y luego, según la sensación personal, se pueden reintroducir otros alimentos.

Se debe evitar fumar y beber alcohol. Esta es una gran oportunidad para dejar de fumar, desde un par de semanas antes de la cirugía.

La primera visita de control se suele programar en la primera semana de postoperatorio.

A las dos semanas del postoperatorio se pueden reanudar las actividades ligeras y, a menudo, el trabajo se puede reanudar a la semana del postoperatorio.

A las 6-8 semanas del postoperatorio se pueden retomar la mayoría de las actividades.

Pida al cirujano consejos sobre cómo minimizar las cicatrices, como parches de silicona y cremas. Durante al menos un año de postoperatorio, evite exponer las cicatrices quirúrgicas a la luz solar, para minimizar su visibilidad.

Riesgos y complicaciones del aumento de mamas en transexuales de HaM

El aumento de mamas es uno de los procedimientos más realizados por los cirujanos plásticos, reconstructivos y estéticos de todo el mundo.

Como cualquier cirugía invasiva, el aumento de pecho conlleva algunos riesgos como el sangrado intra y postoperatorio, infecciones y reacciones adversas a la anestesia.

Algunos de los riesgos y complicaciones específicos de esta cirugía son los siguientes

  • Contracción capsular, que es la formación de tejido cicatrizal fibroso alrededor del implante y que lo comprime, provocando una distorsión y una estética poco natural.
  • Seroma, que es la acumulación de líquido entre el implante y la cápsula y que el organismo no es capaz de reabsorber por sí mismo.
  • Migración del implante, que es el desplazamiento del implante desde el lugar donde fue colocado por el cirujano durante la intervención.
  • Rotura del implante
  • Pérdida de sensibilidad que puede afectar al pezón, la areola o la región cutánea de la mama
  • Dolor prolongado después de la cirugía
  • Asimetría de las mamas
  • Insatisfacción por los resultados estéticos.

Para corregir estas complicaciones, puede ser necesaria una nueva cirugía. A los 10 años del postoperatorio puede aconsejarse la sustitución de los implantes.

Referencias
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    TJ Miller, SC Wilson, JP Massie, SD Morrison, T Satterwhite – Journal of Plastic Reconstructive and Aesthetic Surgery, Set 2019
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  • Management of Gender Dysphoria – A Multidisciplinary Approach
    C Trombetta, G Liguori, M Bertolotto – Springer, 2015

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